A dos años de asumir, Emilio Martínez consolida una agenda cercana y presente en los barrios

El segundo año de gestión encuentra a Emilio Martínez en el mismo lugar donde se propuso estar desde el primer día. En los barrios, en los clubes, en las escuelas y en cada espacio donde la comunidad se organiza. Allí construyó una agenda cercana que combinó presencia territorial, compromiso con la juventud y un acompañamiento permanente al proyecto municipal que conduce Darío Menna. En tiempos donde el ajuste nacional golpea a las familias, Martínez sostiene una mirada peronista basada en la cercanía y en el vínculo directo con los vecinos y vecinas.

La presencia junto a instituciones sociales, deportivas y educativas se convirtió en un sello propio de su gestión. La participación en actividades comunitarias no es solo una decisión política. Es una forma de militancia en territorio. En ese sentido, Martínez suele recordar que “no alcanza con estar detrás de un escritorio. Hay que dar la cara, caminar los barrios y escuchar”. Bajo esa perspectiva impulsó acciones vinculadas a la salud escolar, talleres de RCP, acompañamiento a docentes y encuentros con estudiantes para promover participación, valores comunitarios y sentido de pertenencia.

En el plano político, el concejal reforzó su articulación con la gestión municipal. Destacó la importancia de sostener un Estado presente en un clima de recorte nacional que afecta a las economías regionales y al entramado social de la Cuenca. También planteó con claridad su postura frente a la situación de Carboeléctrica Río Turbio. La defensa de la empresa y de la fuente de trabajo de miles de familias es una línea que forma parte de su identidad como trabajador minero. Para Martínez, “debemos estar donde el pueblo nos necesita, en cada club, en cada escuela y en cada barrio”, y esa definición también se expresa en la defensa del empleo y del desarrollo productivo local.

Los jóvenes ocupan un lugar central en su agenda. Desde charlas en escuelas hasta acompañamiento en eventos deportivos y culturales, Martínez buscó promover espacios de participación y cuidado. Suele afirmar que “debemos volver a las raíces, charlar con los vecinos, caminar los barrios y reivindicar la militancia y la lealtad”. En esa orientación se apoyó para impulsar proyectos vinculados a educación, salud y participación juvenil.

A dos años de asumir, Martínez consolida una gestión que combina escucha, presencia y acción. Una agenda que se construye en territorio y que busca fortalecer el proyecto colectivo de la comunidad en un escenario adverso. Su trabajo legislativo y su presencia permanente en los barrios reflejan una convicción sencilla y firme. En tiempos difíciles, la política debe estar cerca de la gente.